Octavio y Marcos están los dos desnudos en la cama del primero, el uno al lado del otro.
--duérmete --le dice Octavio.
--no quiero... tengo miedo que no estés aquí cuando despierte...
Octavio lo mira con un falso cariño:
--Es más que probable, me tendrás que tener paciencia.
--¿y si cierro la puerta? ¿y si no te dejo salir? Puede dejarte encerrado hasta la noche, dar órdenes que no te dejen salir...
A Octavio no le interesa que Marcos esté con Álex ya que éste podría echar por tierra sus planes. --no hagas eso... No me puedes tener a la fuerza... sino el hechizo no funcionará... tu gran gesto de amor al cederme todos mis bienes no dejará indiferente al otro Álex...
Le acaricia la barbilla con un falso amor y le dice:
--confía en mí... todo saldrá bien... Júrame que no me buscarás... haz las cosas como yo te diga... En la noche nos vemos...
--está bien... haré todo lo que tú digas...
Marcos no tarda en dormirse confiado. Es el propio Octavio el que se va sigilosamente antes de amanecer, no le interesa que Álex sospeche que se ha visto con Marcos. Cuando Álex despierta se sorprende al encontrarse sin las cadenas.
--¡¡es una bestia¡ --dice con miedo.
La puerta está cerrada por dentro y las llaves dónde las dejó Cayetano.
--bueno, almenos ha dejado de molestar a ese pobre infeliz...
Le da mucha pena recordar la mirada ilusionada de Marcos, se le escapa alguna lágrima al imaginarse la pena de Marcos al no verlo más:
--entenderá que le he hecho un favor... cuando todo esto acabe le explicaré... almenos espero que podamos ser amigos...
Suena su celular. Es Cayetano.
--¿¿qué tal has pasado la noche??
--creo que bien... Octavio ha roto las cadenas...
Cayetano está impresionado:
--¡¡eso es imposible...¡
Con cara de resignación Álex dice:
--Yo ya no creo que haya nada imposible... almenos tengo la seguridad que no ha salido de la casa... ¿vienes esta noche?
--No, no lo creo... El viaje es largo y por más que he buscado pues no logro encontrar nada...
Álex está desesperado:
--¡¡maldita sea¡¡ ¡¡lo tenemos que parar... siento que el tiempo se acaba, tengo miedo que haga algo irreparable...¡¡
Cayetano está muy excitado al sentir la voz de ese hombre que tanto le gusta. Le estremece. Quisiera poder haberle tenido buenas noticias para hacerle cumplir a Álex su promesa de una vida a su lado:
--te juro que te ayudaré...
--ya está bien... date prisa...
--¿y qué harás?
--si Octavio se conformó con quedarse pues espero que esta noche haga lo mismo...
Álex no quiere pensar en eso y Cayetano no le quiere decir que le parece muy extraño que si Octavio ha roto las cadenas se conforme con quedarse encerrado pero no le dice nada para no ponerle nervioso. Está seguro que el que se hayan conocido no es una casualidad, que están destinados a estar juntos. Está convencido que logrará salvar a Álex y tenerlo en su vida... Álex no tiene ganas de salir. Se la pasa mirándose el anillo que tiene en el dedo, trata de pensar en algo que lo ayude. Va curioseando por ahí para pasar el rato. Marcos se queda triste ante la cama vacía aunque no es algo que le sorprenda. Eso le da fuerzas para luchar. LLama a su abogado y aunque al principio el hombre no quiere hacerle el traspaso de bienes lo hace y en secreto a cambio de una muy buena comisión. ASí que los días previos a la firma de traspaso, Álex se queda todo el día encerrado en la casa, se encuentra en el mismo sitio en la mañana así que no imagina que en las noches Octavio le calienta la oreja a Marcos y que aunque éste echa de menos la calidez de la mirada de Álex la pasión por la belleza salvaje de Octavio mantiene la llama de la pasión encendida aunque en el fondo aspira a que cuando esto ocurra tenga las dos cosas: la pasión de su criatura del mar y la ternura de la mirada de Álex.
Está anocheciendo, Eugenia se ha quedado a trabajar en la oficina. La suya y la de Axel están la una enfrente de la del otro. A los dos les gusta mirarse de reojo. Él se trabaja. Cuando ella ve que sale se acerca a él y coqueta le dice:
--me llevas...?
--¡¡que te lleva tu amante...¡¡ --dice él rabioso.
--celoso? --dice ella divertida.
Él siente un gran deseo por ella pero le duele la lujuria que ve en sus ojos. Le duele que sea una perdida que se acueste con todos. Le duele que nunca haya hecho el intento de querer acostarse con él. La trata con odio para tapar lo que en realidad está sintiendo:
--¡¡me das asco... Puta...¡¡
Él se va deprisa. Ella le mira el culo.
--que buenorro está el condenado... --piensa.
Y Axel le gusta más que ningún otro hombre. Lo desea locamente y no entiende porque ella que ha sido tan segura de que todos los hombres se mueren por ella ahora no se atreve a lanzarse, ahora tiene miedo que él la vaya a rechazar. Axel se mete en el auto y ella con él.
--¿¿qué haces?
--¿¿y a ti que te parece? --dice ella coqueta.
Él tiembla, se muere de deseo. Los dos sienten mucho placer al estar juntos.
--¡bajate...¡
--¿¿es que tienes miedo de que descubra que la rabia que me tienes es porque me he acostado con todos menos contigo?
Ella coqueta le pone la mano en el muslo y aunque él se estremece. Él lo desea pero no quiere ser uno más en la lista de ella:
--tengo miedo que me violes... ya se sabe que con las rameras...
Eugenia aparta la mano:
--¡¡eres un maricón... nunca te violaría ni que fueras el último hombre en la faz de la tierra...¡
Herido en su orgullo de macho, Axel se le tira encima. Los dos se besan apasionadamente.
--me deseas... di que me deseas --suplica ella.
--te deseo tanto --jadea él.
Eugenia no sabe bien porque lo hace, se para. Se lo saca de encima:
--¡¡pues yo nunca me acostaría con un maricón...¡
Ella se va, le duele haberlo herido pero lo ha herido ella antes que él la hiera a ella. Marc se ha quedado casi en shock. No se esperaba eso. Golpea al volante con rabia. Le duele la humillación a la que lo ha sometido pero más le duele ver como se va en una moto con un chico de 16 años al que toca lascivamente.
--¡¡puta, perra...¡
No deja de decir pero con lágrimas con los ojos.
La noche en la que Álex, por mediación de Octavio, se convierte en el dueño de todo el imperio que disfrutan los Javiera los amantes lo celebran con Champagne. Brindan y se besan.
--¿y ahora?
Octavio no tiene ganas de hablar. Ahora que su nieto tiene todo lo que le corresponde su venganza está acabando pero de una forma demasiado rápida. No sabe qué hacer.
--no lo sé... esperar...
NUnca Octavio pensó que recuperar lo que le robaron sería tan fácil.
--¿cuando te volveré a ver?
--en la mañana...
A Marcos se le ilumina el rostro:
--¿entonces ya se acabó el hechizo? ya eres mío para siempre...
Octavio sabe que ya no necesita de Marcos pero igual quiere estar seguro que Álex ocupa su lugar:
--no, aún el Álex del día se tiene que convencer de tu amor...
--¿y cómo le hago?
--de entrada no me dejes salir...
--¿hablas en serio?
--Si, ya es hora que Álex sepa que es un hombre muy rico, ya es hora que sepa de tu sacrificio de amor...
Marcos se queda dormido feliz y muy abrazado a Octavio.
Álex despierta en brazos de Marcos.
--¡maldita sea...¡
Se levanta con cuidado de no despertarlo. Se viste en silencio. Al tratar de salir se da cuenta que está encerrado. Se desespera. Marcos se ha despertado en ese momento. Álex lo mira molesto:
--¿porqué me encerraste?
Marcos se levanta desnudo y le pone unas escrituras en sus manos.
--¿y esto?
--A partir de hoy eres el dueño de toda mi fortuna...
Álex se derrumba en la cama al ver su firma en el documento.
--duérmete --le dice Octavio.
--no quiero... tengo miedo que no estés aquí cuando despierte...
Octavio lo mira con un falso cariño:
--Es más que probable, me tendrás que tener paciencia.
--¿y si cierro la puerta? ¿y si no te dejo salir? Puede dejarte encerrado hasta la noche, dar órdenes que no te dejen salir...
A Octavio no le interesa que Marcos esté con Álex ya que éste podría echar por tierra sus planes. --no hagas eso... No me puedes tener a la fuerza... sino el hechizo no funcionará... tu gran gesto de amor al cederme todos mis bienes no dejará indiferente al otro Álex...
Le acaricia la barbilla con un falso amor y le dice:
--confía en mí... todo saldrá bien... Júrame que no me buscarás... haz las cosas como yo te diga... En la noche nos vemos...
--está bien... haré todo lo que tú digas...
Marcos no tarda en dormirse confiado. Es el propio Octavio el que se va sigilosamente antes de amanecer, no le interesa que Álex sospeche que se ha visto con Marcos. Cuando Álex despierta se sorprende al encontrarse sin las cadenas.
--¡¡es una bestia¡ --dice con miedo.
La puerta está cerrada por dentro y las llaves dónde las dejó Cayetano.
--bueno, almenos ha dejado de molestar a ese pobre infeliz...
Le da mucha pena recordar la mirada ilusionada de Marcos, se le escapa alguna lágrima al imaginarse la pena de Marcos al no verlo más:
--entenderá que le he hecho un favor... cuando todo esto acabe le explicaré... almenos espero que podamos ser amigos...
Suena su celular. Es Cayetano.
--¿¿qué tal has pasado la noche??
--creo que bien... Octavio ha roto las cadenas...
Cayetano está impresionado:
--¡¡eso es imposible...¡
Con cara de resignación Álex dice:
--Yo ya no creo que haya nada imposible... almenos tengo la seguridad que no ha salido de la casa... ¿vienes esta noche?
--No, no lo creo... El viaje es largo y por más que he buscado pues no logro encontrar nada...
Álex está desesperado:
--¡¡maldita sea¡¡ ¡¡lo tenemos que parar... siento que el tiempo se acaba, tengo miedo que haga algo irreparable...¡¡
Cayetano está muy excitado al sentir la voz de ese hombre que tanto le gusta. Le estremece. Quisiera poder haberle tenido buenas noticias para hacerle cumplir a Álex su promesa de una vida a su lado:
--te juro que te ayudaré...
--ya está bien... date prisa...
--¿y qué harás?
--si Octavio se conformó con quedarse pues espero que esta noche haga lo mismo...
Álex no quiere pensar en eso y Cayetano no le quiere decir que le parece muy extraño que si Octavio ha roto las cadenas se conforme con quedarse encerrado pero no le dice nada para no ponerle nervioso. Está seguro que el que se hayan conocido no es una casualidad, que están destinados a estar juntos. Está convencido que logrará salvar a Álex y tenerlo en su vida... Álex no tiene ganas de salir. Se la pasa mirándose el anillo que tiene en el dedo, trata de pensar en algo que lo ayude. Va curioseando por ahí para pasar el rato. Marcos se queda triste ante la cama vacía aunque no es algo que le sorprenda. Eso le da fuerzas para luchar. LLama a su abogado y aunque al principio el hombre no quiere hacerle el traspaso de bienes lo hace y en secreto a cambio de una muy buena comisión. ASí que los días previos a la firma de traspaso, Álex se queda todo el día encerrado en la casa, se encuentra en el mismo sitio en la mañana así que no imagina que en las noches Octavio le calienta la oreja a Marcos y que aunque éste echa de menos la calidez de la mirada de Álex la pasión por la belleza salvaje de Octavio mantiene la llama de la pasión encendida aunque en el fondo aspira a que cuando esto ocurra tenga las dos cosas: la pasión de su criatura del mar y la ternura de la mirada de Álex.
Está anocheciendo, Eugenia se ha quedado a trabajar en la oficina. La suya y la de Axel están la una enfrente de la del otro. A los dos les gusta mirarse de reojo. Él se trabaja. Cuando ella ve que sale se acerca a él y coqueta le dice:
--me llevas...?
--¡¡que te lleva tu amante...¡¡ --dice él rabioso.
--celoso? --dice ella divertida.
Él siente un gran deseo por ella pero le duele la lujuria que ve en sus ojos. Le duele que sea una perdida que se acueste con todos. Le duele que nunca haya hecho el intento de querer acostarse con él. La trata con odio para tapar lo que en realidad está sintiendo:
--¡¡me das asco... Puta...¡¡
Él se va deprisa. Ella le mira el culo.
--que buenorro está el condenado... --piensa.
Y Axel le gusta más que ningún otro hombre. Lo desea locamente y no entiende porque ella que ha sido tan segura de que todos los hombres se mueren por ella ahora no se atreve a lanzarse, ahora tiene miedo que él la vaya a rechazar. Axel se mete en el auto y ella con él.
--¿¿qué haces?
--¿¿y a ti que te parece? --dice ella coqueta.
Él tiembla, se muere de deseo. Los dos sienten mucho placer al estar juntos.
--¡bajate...¡
--¿¿es que tienes miedo de que descubra que la rabia que me tienes es porque me he acostado con todos menos contigo?
Ella coqueta le pone la mano en el muslo y aunque él se estremece. Él lo desea pero no quiere ser uno más en la lista de ella:
--tengo miedo que me violes... ya se sabe que con las rameras...
Eugenia aparta la mano:
--¡¡eres un maricón... nunca te violaría ni que fueras el último hombre en la faz de la tierra...¡
Herido en su orgullo de macho, Axel se le tira encima. Los dos se besan apasionadamente.
--me deseas... di que me deseas --suplica ella.
--te deseo tanto --jadea él.
Eugenia no sabe bien porque lo hace, se para. Se lo saca de encima:
--¡¡pues yo nunca me acostaría con un maricón...¡
Ella se va, le duele haberlo herido pero lo ha herido ella antes que él la hiera a ella. Marc se ha quedado casi en shock. No se esperaba eso. Golpea al volante con rabia. Le duele la humillación a la que lo ha sometido pero más le duele ver como se va en una moto con un chico de 16 años al que toca lascivamente.
--¡¡puta, perra...¡
No deja de decir pero con lágrimas con los ojos.
La noche en la que Álex, por mediación de Octavio, se convierte en el dueño de todo el imperio que disfrutan los Javiera los amantes lo celebran con Champagne. Brindan y se besan.
--¿y ahora?
Octavio no tiene ganas de hablar. Ahora que su nieto tiene todo lo que le corresponde su venganza está acabando pero de una forma demasiado rápida. No sabe qué hacer.
--no lo sé... esperar...
NUnca Octavio pensó que recuperar lo que le robaron sería tan fácil.
--¿cuando te volveré a ver?
--en la mañana...
A Marcos se le ilumina el rostro:
--¿entonces ya se acabó el hechizo? ya eres mío para siempre...
Octavio sabe que ya no necesita de Marcos pero igual quiere estar seguro que Álex ocupa su lugar:
--no, aún el Álex del día se tiene que convencer de tu amor...
--¿y cómo le hago?
--de entrada no me dejes salir...
--¿hablas en serio?
--Si, ya es hora que Álex sepa que es un hombre muy rico, ya es hora que sepa de tu sacrificio de amor...
Marcos se queda dormido feliz y muy abrazado a Octavio.
Álex despierta en brazos de Marcos.
--¡maldita sea...¡
Se levanta con cuidado de no despertarlo. Se viste en silencio. Al tratar de salir se da cuenta que está encerrado. Se desespera. Marcos se ha despertado en ese momento. Álex lo mira molesto:
--¿porqué me encerraste?
Marcos se levanta desnudo y le pone unas escrituras en sus manos.
--¿y esto?
--A partir de hoy eres el dueño de toda mi fortuna...
Álex se derrumba en la cama al ver su firma en el documento.
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