NInfa no quiere que la conviertan en la amante de nadie siendo virgen.
--¡¡no no es verdad... yo soy virgen¡ --dice Ninfa con orgullo.
Ramiro se le ríe:
--¿y si eres virgen como sé yo como es tu cuerpo desnudo?
Y una a una Ramiro, que para estas cosas, tiene memoria fotográfica. Le indica donde tiene lunares, pecas... manchas... Ramiro conoce a la perfección el cuerpo desnudo de Ninfa. Imposible no creer que son amantes. Decepcionado, Alvaro le dice a Ninfa:
--perdona, no sabía que eras una mujer con marido.
Habla con ironía, con desprecio. A Ninfa le duele.
--¡¡no no es verdad...¡¡ ¡¡yo no soy la amante de nadie¡
Ramiro se va demasiado seguro.
--no puedo creerte --dice Álvaro.
--¡¡no es verdad... no es verdad nada de lo que dice:
--¿no tienes los lunares que digo? Si lo niegas es que nunca te acostarás con él porque entonces sí se dará cuenta que fuiste mía...
Ramiro habla con ironía. Muy dolida, Ninfa le dice:
--¡¡nunca fui tuya... nunca...¡
Y como ciertamente no quiere hacer el amor con Álvaro, ésta segura que sus palabras no se pueden desmentir:
--¡¡no tengo ninguna de las cosas que ha dicho esto¡
Ramiro se ríe:
--me niegas en mi cara que tienes aquí tres lunares en forma de triángulo?
Ramiro habla con ironía, le toca al lado del pezón.
--con lo que yo he mordido ese triángulo...
Ramiro se ríe. Ninfa lo ama pero no soporta quedar como una perdida ante Álvaro.
--¡¡mentira... mentira¡ --llora ella.
Ramiro quiere mostrar posesión ante Álvaro, quiere marcar su territorio. También le hace gracia humillar a la joven. A ella le toma de sorpresa. Ramiro le agarra por el escote y estira con fuerza. No sólo le arranca la brusca sino también los sostenes. Ninfa se queda con los senos descubiertos ante un sorprendido pero excitado Álvaro. Sólo son unos segundos pero se ve claramente no sólo los 3 lunares que remarcara Ramiro del seno sino todas las otras manchas especificadas. Ninfa se va llorando. Oye como Ramiro le dice a Alvaro:
--¡¡no quiero que te vuelvas a acercar a mi amante...¡
Lo último que ve es la mirada de asco de Alvaro. Una mirada que la lastima. Además le duele mucho que el hombre que ame se divierta humillándola.
--lo siento... yo no sabía que Ninfa era tuya...
--¡pues lo es¡ ¡¡Ella jamás se fijaría en un pobretón como tú¡¡
--tranquilo, te regalo a esa perdida...
Alvaro se va abatido. Nunca pensó que Ninfa fuera de las que se acuestan con hombres comprometidos solo por dinero. Ramiro sabe que con lo que ha hecho los ha separado definitivamente. Ríe frotándose las manos. Le gusta ver irse a Álvaro vencido. Lo llama:
--¡¡llevate tus porquerías de flores... a Ninfa yo le regalo una joya por polvo¡
Ramiro le tira las flores a los pies. Su tono ha sido hiriente. Alvaro se va muy triste.
Por otro lado, Axel se está dando una ducha. El agua fría lo relaja. Acaricia su fornido y tierno cuerpo con las manos mientras que lo llena de jabón. En la intimidad de su cuarto no se preocupa de proteger su cuerpo. No imagina que siempre que se ducha Eugenia entra en el cuarto sigilosamente y contempla extasiada el bello paisaje. Ver a Axel totalmente desnudo y bajo el agua es la imagen más impresionante que ha visto en su vida. Lo mira excitada. Cuando él está desnudo, cuando él no se da cuenta ella no lo desprecio. Lo mira con deseo.
--¡¡que bueno está el condenao...¡
Pero es mucho más joven que ella y eso la hace sentir insegura. Prefiere odiarlo, desearlo a la distancia porque no soportaría que él la hiciera a un lado por esa diferencias que tienen. Por la ambición de ella. Esos sentimientos no le preocupan cuando está con Ramiro porque con él es sólo sexo puro y duro en cambio con Axel no sabe qué le pasa. Su cuerpo la enloquece, su intensos ojos la ahogan. Le despierta deseo y ternura por igual. Él tiene los ojos cerrados mientras Eugenia se recorriendo cada milímetro de ese cuerpo desnudo. No hay ninguna parte de él que no se haya aprendido de memoria... El espectáculo del aclarado es de lujo. Axel juega con el agua. Bebe y escupe, se acaricia sus partes hasta dejarlas limpias de jabón... A veces incluso se masturba un poco. Eugenia está a cien. No desea que ese momento acabe nunca pero sabe que se tiene que ir para que Axel no la vea. El joven sale del cuarto totalmente desnudo. Se seca la cabeza con la toalla. A Eugenia le gusta ver ese joven tan guapo desnudo y en movimiento... Ver como se le mueven los genitales es una sensación única... Desearía descubrirse ante él, decirle que lo desea, que nunca había deseado a nadie como a él pero es demasiado grande el miedo a su rechazo. Aprovecha los últimos segundos de esa bella estampa. Sus ojos se le clavan en esa parte tan tierna que le gustaría morder, esa parte que se supone que no conoce. Le cuesta mucho irse. Cada vez le cuesta más. Eugenia cierra la puerta en el momento que Axel tira la toalla. Está muy absorto en sus pensamientos. Eugenia está muy cachonda. Necesita un polvo urgentemente. Entra sin llamar a la habitación de Ramiro para que éste apague el fuego que la está devorando.
--¡¡maldita sea...¡¡ ¡¡¿¿dónde se metió??¡
Lo espera unos segundos que se le hace eterno, no puede esperar más. Si no tiene sexo cree que va a morir y aunque no es algo que la entusiasme sólo le queda recurrir a su esposo. Almenos así él se quedará contento. Sabe que le tiene que cumplir para que le siga dando lo que quiera y aunque siempre es un sacrificio fornicar con alguien que le asquea en esos momentos se acostaría lo que fuera. Reynaldo espera en el cuarto. Sabe en a esas horas de la mañana es cuando a su esposa más le apetece hacer el amor aunque jamás imaginaría que es para sacarse sus ganas de Axel. Eugenia entra y los dos se devoran. Eugenia cierra los ojos para no ver el rostro arrugado de su esposo, no lo toca para que las arrugas de su piel no le recuerden la repugnancia que siente por ese hombre con el que está. Cerrando los ojos sólo recuerda el cuerpo desnudo de Axel. Se imagina que el polvo lo está echando con él y eso hace que goce y mucho. Los gritos de la pareja son bestiales. El hombre está muy satisfecho porque pese a ser mayor que ella la puede hacer gozar como lo haría un jovencito. No sospecha que es con el menor de sus hijos con el que quiere acostarse. Desnudo en el cuarto de al lado, los jadeos destrozan por dentro al guapísimo Axel. Llora por dentro. No soporta escuchar como la mujer que le gusta se acuesta con su padre.
--¡¡es su esposa... es su esposa...¡
Da golpes a la pared furiosa.
--¡¡pero ella lo detesta... es una perdida...¡
A Axel le da mucha rabia que la mujer que quiere sea capaz de acostarse con un hombre por dinero. No soporta los fuertes jadeos de la pareja. Se inyecta a la música para no escucharlos. LLora.
La que también llora es Ninfa. Ramiro entra a su cuarto.
--no te pongas así...
Ella lo mira con odio.
--¿¿porqué me ha hecho esto?
Ella se cubre los pechos con sus manos. Él la mira excitado:
--¡¡eres mía... ya te lo dije... tu virginidad será para mi...¡¡
Ninfa se levanta:
--¡¡nunca vas a estar conmigo nunca...¡
Ramiro la agarra por la cintura y la estrecha contra su pecho. Ella tiembla.
--serás mía cuando yo quiera... ahora si me da la gana...
--no te atrevas --jadea ella.
A él le gusta ver su deseo. La acaricia:
--no te resistas... te va a gustar... --dice él con cara de depravado.
Ramiro la besa y ella se funde en sus brazos. Caen en la cama.
--no me haga esto --le suplica ella.
--tú lo deseas tanto como yo --jadea él.
Ramiro acaricia, besa a la joven que no se le puede resistir mientras que él le mete la mano por la falda:
--lo sabía... sabía que ibas a ser mía...
Ramiro está muy excitado, le encanta que la chica se le regale más fácilmente de lo que pensó. Ella tiembla en sus brazos y aunque su mente le diga que lo haga no se ve capaz de rechazarlo.
Álex está en la empresa. Está en boxers. Se prepara para ponerse el uniforme. No deja de pensar en Marcos. Le cuesta entender como alguien que no recuerdo lo mira con devoción.
--¿¿qué pasó con él?¿¿¿qué?
Además está muy intrigado:
--¿¿que es todo eso de criatura del mar?? ¿¿¿a qué engaño lo está sometiendo Octavio?
Recuerda aquella hoja del amor que venía del mar:
--¿¿puede ser que Marcos sea tan ingenuo como para creer eso?¿¿¡es que Octavio le ha hecho creer que...que??
Álex no puede entender cómo alguien puede ser tan inocente como para creer algo así, ni tan malvado como para jugar con los sentimientos de Marcos. Se mira al espejo. Trata de mirarse a dentro:
--¿¿quien eres tú?
Le duele pensar que en las noches su abuelo posee su cuerpo para hacer lo que se le pega la gana con él. Se le escapa algunas lágrimas. Se las seca cuando se abre la puerta. Es Álvaro. Se ha dado cuenta que Álex ha estado llorando.
--¿te sientes bien? --le pregunta.
Álex le sonríe con tristeza:
--¿y tú? No tienes mejor cara...
Mientras se desnuda, Álvaro desahoga:
--es que la mujer que creía que era la más decente del mundo... es una zorra, es la amante de su patrón que está comprometido...
No le dice que se trata de Ramiro porque aunque Álex trata de ocultarlo no es un secreto que le gusta Ramiro pero ese día tiene miedo a encontrarlo. Después de lo que ha pasado en la mansion no sabe cómo será su encuentro con el guapo chico que lo hace vibrar.
--¡¡no no es verdad... yo soy virgen¡ --dice Ninfa con orgullo.
Ramiro se le ríe:
--¿y si eres virgen como sé yo como es tu cuerpo desnudo?
Y una a una Ramiro, que para estas cosas, tiene memoria fotográfica. Le indica donde tiene lunares, pecas... manchas... Ramiro conoce a la perfección el cuerpo desnudo de Ninfa. Imposible no creer que son amantes. Decepcionado, Alvaro le dice a Ninfa:
--perdona, no sabía que eras una mujer con marido.
Habla con ironía, con desprecio. A Ninfa le duele.
--¡¡no no es verdad...¡¡ ¡¡yo no soy la amante de nadie¡
Ramiro se va demasiado seguro.
--no puedo creerte --dice Álvaro.
--¡¡no es verdad... no es verdad nada de lo que dice:
--¿no tienes los lunares que digo? Si lo niegas es que nunca te acostarás con él porque entonces sí se dará cuenta que fuiste mía...
Ramiro habla con ironía. Muy dolida, Ninfa le dice:
--¡¡nunca fui tuya... nunca...¡
Y como ciertamente no quiere hacer el amor con Álvaro, ésta segura que sus palabras no se pueden desmentir:
--¡¡no tengo ninguna de las cosas que ha dicho esto¡
Ramiro se ríe:
--me niegas en mi cara que tienes aquí tres lunares en forma de triángulo?
Ramiro habla con ironía, le toca al lado del pezón.
--con lo que yo he mordido ese triángulo...
Ramiro se ríe. Ninfa lo ama pero no soporta quedar como una perdida ante Álvaro.
--¡¡mentira... mentira¡ --llora ella.
Ramiro quiere mostrar posesión ante Álvaro, quiere marcar su territorio. También le hace gracia humillar a la joven. A ella le toma de sorpresa. Ramiro le agarra por el escote y estira con fuerza. No sólo le arranca la brusca sino también los sostenes. Ninfa se queda con los senos descubiertos ante un sorprendido pero excitado Álvaro. Sólo son unos segundos pero se ve claramente no sólo los 3 lunares que remarcara Ramiro del seno sino todas las otras manchas especificadas. Ninfa se va llorando. Oye como Ramiro le dice a Alvaro:
--¡¡no quiero que te vuelvas a acercar a mi amante...¡
Lo último que ve es la mirada de asco de Alvaro. Una mirada que la lastima. Además le duele mucho que el hombre que ame se divierta humillándola.
--lo siento... yo no sabía que Ninfa era tuya...
--¡pues lo es¡ ¡¡Ella jamás se fijaría en un pobretón como tú¡¡
--tranquilo, te regalo a esa perdida...
Alvaro se va abatido. Nunca pensó que Ninfa fuera de las que se acuestan con hombres comprometidos solo por dinero. Ramiro sabe que con lo que ha hecho los ha separado definitivamente. Ríe frotándose las manos. Le gusta ver irse a Álvaro vencido. Lo llama:
--¡¡llevate tus porquerías de flores... a Ninfa yo le regalo una joya por polvo¡
Ramiro le tira las flores a los pies. Su tono ha sido hiriente. Alvaro se va muy triste.
Por otro lado, Axel se está dando una ducha. El agua fría lo relaja. Acaricia su fornido y tierno cuerpo con las manos mientras que lo llena de jabón. En la intimidad de su cuarto no se preocupa de proteger su cuerpo. No imagina que siempre que se ducha Eugenia entra en el cuarto sigilosamente y contempla extasiada el bello paisaje. Ver a Axel totalmente desnudo y bajo el agua es la imagen más impresionante que ha visto en su vida. Lo mira excitada. Cuando él está desnudo, cuando él no se da cuenta ella no lo desprecio. Lo mira con deseo.
--¡¡que bueno está el condenao...¡
Pero es mucho más joven que ella y eso la hace sentir insegura. Prefiere odiarlo, desearlo a la distancia porque no soportaría que él la hiciera a un lado por esa diferencias que tienen. Por la ambición de ella. Esos sentimientos no le preocupan cuando está con Ramiro porque con él es sólo sexo puro y duro en cambio con Axel no sabe qué le pasa. Su cuerpo la enloquece, su intensos ojos la ahogan. Le despierta deseo y ternura por igual. Él tiene los ojos cerrados mientras Eugenia se recorriendo cada milímetro de ese cuerpo desnudo. No hay ninguna parte de él que no se haya aprendido de memoria... El espectáculo del aclarado es de lujo. Axel juega con el agua. Bebe y escupe, se acaricia sus partes hasta dejarlas limpias de jabón... A veces incluso se masturba un poco. Eugenia está a cien. No desea que ese momento acabe nunca pero sabe que se tiene que ir para que Axel no la vea. El joven sale del cuarto totalmente desnudo. Se seca la cabeza con la toalla. A Eugenia le gusta ver ese joven tan guapo desnudo y en movimiento... Ver como se le mueven los genitales es una sensación única... Desearía descubrirse ante él, decirle que lo desea, que nunca había deseado a nadie como a él pero es demasiado grande el miedo a su rechazo. Aprovecha los últimos segundos de esa bella estampa. Sus ojos se le clavan en esa parte tan tierna que le gustaría morder, esa parte que se supone que no conoce. Le cuesta mucho irse. Cada vez le cuesta más. Eugenia cierra la puerta en el momento que Axel tira la toalla. Está muy absorto en sus pensamientos. Eugenia está muy cachonda. Necesita un polvo urgentemente. Entra sin llamar a la habitación de Ramiro para que éste apague el fuego que la está devorando.
--¡¡maldita sea...¡¡ ¡¡¿¿dónde se metió??¡
Lo espera unos segundos que se le hace eterno, no puede esperar más. Si no tiene sexo cree que va a morir y aunque no es algo que la entusiasme sólo le queda recurrir a su esposo. Almenos así él se quedará contento. Sabe que le tiene que cumplir para que le siga dando lo que quiera y aunque siempre es un sacrificio fornicar con alguien que le asquea en esos momentos se acostaría lo que fuera. Reynaldo espera en el cuarto. Sabe en a esas horas de la mañana es cuando a su esposa más le apetece hacer el amor aunque jamás imaginaría que es para sacarse sus ganas de Axel. Eugenia entra y los dos se devoran. Eugenia cierra los ojos para no ver el rostro arrugado de su esposo, no lo toca para que las arrugas de su piel no le recuerden la repugnancia que siente por ese hombre con el que está. Cerrando los ojos sólo recuerda el cuerpo desnudo de Axel. Se imagina que el polvo lo está echando con él y eso hace que goce y mucho. Los gritos de la pareja son bestiales. El hombre está muy satisfecho porque pese a ser mayor que ella la puede hacer gozar como lo haría un jovencito. No sospecha que es con el menor de sus hijos con el que quiere acostarse. Desnudo en el cuarto de al lado, los jadeos destrozan por dentro al guapísimo Axel. Llora por dentro. No soporta escuchar como la mujer que le gusta se acuesta con su padre.
--¡¡es su esposa... es su esposa...¡
Da golpes a la pared furiosa.
--¡¡pero ella lo detesta... es una perdida...¡
A Axel le da mucha rabia que la mujer que quiere sea capaz de acostarse con un hombre por dinero. No soporta los fuertes jadeos de la pareja. Se inyecta a la música para no escucharlos. LLora.
La que también llora es Ninfa. Ramiro entra a su cuarto.
--no te pongas así...
Ella lo mira con odio.
--¿¿porqué me ha hecho esto?
Ella se cubre los pechos con sus manos. Él la mira excitado:
--¡¡eres mía... ya te lo dije... tu virginidad será para mi...¡¡
Ninfa se levanta:
--¡¡nunca vas a estar conmigo nunca...¡
Ramiro la agarra por la cintura y la estrecha contra su pecho. Ella tiembla.
--serás mía cuando yo quiera... ahora si me da la gana...
--no te atrevas --jadea ella.
A él le gusta ver su deseo. La acaricia:
--no te resistas... te va a gustar... --dice él con cara de depravado.
Ramiro la besa y ella se funde en sus brazos. Caen en la cama.
--no me haga esto --le suplica ella.
--tú lo deseas tanto como yo --jadea él.
Ramiro acaricia, besa a la joven que no se le puede resistir mientras que él le mete la mano por la falda:
--lo sabía... sabía que ibas a ser mía...
Ramiro está muy excitado, le encanta que la chica se le regale más fácilmente de lo que pensó. Ella tiembla en sus brazos y aunque su mente le diga que lo haga no se ve capaz de rechazarlo.
Álex está en la empresa. Está en boxers. Se prepara para ponerse el uniforme. No deja de pensar en Marcos. Le cuesta entender como alguien que no recuerdo lo mira con devoción.
--¿¿qué pasó con él?¿¿¿qué?
Además está muy intrigado:
--¿¿que es todo eso de criatura del mar?? ¿¿¿a qué engaño lo está sometiendo Octavio?
Recuerda aquella hoja del amor que venía del mar:
--¿¿puede ser que Marcos sea tan ingenuo como para creer eso?¿¿¡es que Octavio le ha hecho creer que...que??
Álex no puede entender cómo alguien puede ser tan inocente como para creer algo así, ni tan malvado como para jugar con los sentimientos de Marcos. Se mira al espejo. Trata de mirarse a dentro:
--¿¿quien eres tú?
Le duele pensar que en las noches su abuelo posee su cuerpo para hacer lo que se le pega la gana con él. Se le escapa algunas lágrimas. Se las seca cuando se abre la puerta. Es Álvaro. Se ha dado cuenta que Álex ha estado llorando.
--¿te sientes bien? --le pregunta.
Álex le sonríe con tristeza:
--¿y tú? No tienes mejor cara...
Mientras se desnuda, Álvaro desahoga:
--es que la mujer que creía que era la más decente del mundo... es una zorra, es la amante de su patrón que está comprometido...
No le dice que se trata de Ramiro porque aunque Álex trata de ocultarlo no es un secreto que le gusta Ramiro pero ese día tiene miedo a encontrarlo. Después de lo que ha pasado en la mansion no sabe cómo será su encuentro con el guapo chico que lo hace vibrar.
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