--puedo pasar?
--si pasa...
Axel entra con cierta timidez.
--creo que es la primera vez que entro a tu cuarto.
Marcos sonríe.
--pero en lo que no dudo es que es la primera vez que te veo sonreír... --Axel.
--van a cambiar muchas cosas a partir de ahora en esta casa...
--ya veo.
Aunque tiene miedo de que el Álex del día se le resista está seguro que ese hombre tan guapo y que tanto le gusta es su destino y que será feliz a su lado. Marcos es un hombre pleno, con unas grandes ganas de vivir, de vivir su amor por Álex.
--¿ya se fue tu... tu amigo?
Aunque lo quiere respetar le incomoda un poco la presencia de un amante.
--si, gracias por la ropa... Ya te la devolveremos...
--No tranquilo, no la usaba. Sabes que a mi padre no le gustará...
--a mí tampoco me gusta la presencia de la golfa de esposita y me la tengo que bancar...
Axel sonríe:
--te van a hacer la vida imposible...
--No les conviene, aunque tu padre sea el administrador de todos mis bienes en el momento que quiera puedo disponer que sea Álex el que se encargue de todo...
Ramiro está detrás de la puerta escuchándolo todo.
--¡¡maldito, maldito¡¡
Ramiro irrumpe en el cuarto de su padre sin llamar. Eugenia está desnuda en la cama. Se asusta al ver a su amante.
--¿¿¡qué haces?¡¡¿¿estás loco?¡ ¡¡tu padre está en la ducha...¡
Ramiro no le hace caso y entra en el baño y abre los cristales de la mampara. Reinaldo mira sorprendido y molesto a su hijo por la interrupción de su ducha.
--¿¿¿qué haces???¿¿¡¡es que estás tonto?¡
Eugenia se acerca cubierta con una sábana.
--perdona, mi amor pero es que no lo pude retener...
Ramiro está muy alterado:
--¡¡lo que no entiendo yo es cómo te estás duchando aquí tan tranquilo con todo lo que está pasando...¡¡
--¿¿¡de qué hablas??¡
--¿¿es que no te contó Eugenia?
Eugenia se retira:
--los dejo solos...
Reinaldo apaga la ducha y sale totalmente desnudo, secándose la cabeza con una toalla.
--¡¡espero que esto sea importante...¡
Reinaldo usa un tono despreocupado, no cree en la importancia de lo que está pasando. Molesto y con cierto sarcasmo Ramiro le dice:
--el maricón de tu hijastro ha metido a vivir a esta casa a uno de los celadores de la empresa y está pensando en sacarte la administración de sus bienes a ti para dársela a él... ¡¿¿¿te parece eso lo suficientemente importante?¡¡
De los ojos del hombre salen chispas. Se pone una toalla en la cintura:
--¡¡yo lo mato, yo lo mato...¡¡
Ajeno a que su padre se está acercando, Axel está hablando con Marcos.
--Desde luego eso si que es tener suerte...
Marcos sonríe enamorado:
--tienes razón... conocer a Álex es lo mejor que me ha pasado...
Axel mira a su hermanastro con cierta compasión. No cree que alguien como Álex pueda estar interesado en Marcos sólo por sus encantos.
--me refiero a él... antes era un simple celador en la empresa y ahora...
Marcos lo mira sorprendido. No pensaba que fuera cierto.
--¿en qué empresa?
--es que no sabías? Álex es uno de nuestros celadores... ¿de dónde lo conoces si no?
Marcos sonríe por la coincidencia. Se da cuenta que sabe dónde ubicarlo.
-- ¡que suerte, de celador a dueño de todo...¡
--no me gusta tu tono... --le dice Marcos molesto.
--lo siento pero ¿estás seguro que él... que no se aprovecha de ti?
Marcos está tan seguro de su amante que ni se molesta:
--seguro... la prueba de eso es que no está del todo convencido de vivir aquí, de dejar su trabajo...
--y entonces...??
Marcos no puede decir nada porque un semidesnudo Reinaldo entra como un loco:
--¡¡no me vas a sacar lo que es mío, maricona...¡¡ ¿¿¡donde está tu amante, dónde???
Reinaldo se quiere echar al cuello del joven pese a que sus dos hijos tratan de controlarlo.
--¡¡no empeores las cosas¡ --le dicen.
Reinaldo está incontrolable.
Por otro lado, Álex va a la playa. En el mismo sitio de siempre está su ropa. La recupera para poder entrar en su casa. Cayetano se excita al verlo llegar a su casa. Álex entra tímido. Le incomoda pedir ayuda a ese hombre ya que considera que se aprovechó de él pero está desesperado.
--no esperaba verte --le dice el doctor contento pero sorprendido.
Álex se muestra distante:
--no iba a volver pero es que no tengo a dónde ir... Si mi madre me dijo que tú me ayudarías será por algo... ¿estás dispuesto a ayudarme?
A Cayetano le gusta en serio Álex y le duele que éste haya cambiado con él, que se muestre molesto. Así que está decidido a hacer lo que sea para ayudar a Álex con tal de quedar bien con él.
--sí, estoy dispuesto...
Esto tranquiliza un poco a Álex.
--pues para empezar dime... una vez me dijiste que todo lo que hacia era por la venganza.
--si lo recuerdo...
--¿¿qué tienes que ver...??
A los dos le da un poco de vergüenza hablar del tema:
--porque nos o te acostaste nos acostamos o lo que sea... --le pregunta Álex desesperado.
--creo que en este caso era solo para distraerme... para que me quedara dormido y le dejara actuar libremente...
Álex va dando vueltas por la habitación. De repente Cayetano le agarra la mano, le mira el anillo. Lo mira sorprendido:
--¿¿de dónde sacaste este anillo??
Álex se exalta al pensar que Cayetano tenga efectivamente la clave para ayudarlo:
--¿¿qué pasa con este anillo??
Cayetano mira fijamente el anillo de Álex:
--dices que tu madre muerta te dijo que hablaras conmigo..
Álex se lleva las manos a la cabeza:
--si... ¿¿es que me puedes ayudar??
--un momento...
Cayetano va a un cajón. Registra entre varias carpetas muy ansioso. Cree que puede tener la clave para que Álex descubra lo que está pasando y es algo que lo tiene muy ansioso porque confía que el guapo hombre se quede a su lado cuando todo pase.
--¿¿qué es lo que estás buscando?
Álex le habla muy nervioso pero no obtiene respuesta. Da un golpe a la mesa:
--¡¡por favor... si me puedes ayudar dime algo pero no me dejes así¡
El doctor está muy concentrado en los documentos. Le hace gestos para que le espere. Su rostro se ilumina.
--¡¡lo sabía¡
Álex se acerca a él desesperado:
--¿¿¡qué pasó??¿¿qué descubriste?¡
Triunfante, Cayetano le muestra un antiguo dibujo. Los dos lo miran con atención, miran el anillo.
--¿¡¡es el anillo??¿¿¡cómo es posible...?¡
--Al ver este anillo recordé lo que de niño siempre me decía mi abuelo pero me lo explicaba en forma de leyenda y yo lo había olvidado... pero ahora tiene que ser verdad... ¡¡no puede ser casualidad...¡
Álex se lleva las manos a la cabeza:
--¡¡ya habla todo...¡
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