jueves, 8 de julio de 2010

capitulo 20

    


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Ramiro jadea como una bestia mientras empieza a desnudar a Ninfa:
--mía... vas a ser mía...
Ramiro siente un gran placer al saber que nunca nadie había explorado el cuerpo de la mucama, que él está siendo el primero. Ella lo ama, lo desea.
--No me hagas esto --le suplica ella jadeando.
Él la mira con cara de depravado:
--no te estoy haciendo nada que tú no desees...
Él le hace sentir su duro sexo clavándose en el cuerpo de ella sobre la ropa mientras le devora los senos. Ella lo desea pero una parte de él lucha por resistir. En el momento que Ramiro quiere hacer suyo las partes baja de la joven, éste tiene fuerzas de dónde no tiene y le da un rodillazo en los genitales. ASí mientras él cae al piso retorciéndose del dolor y gritando:
--¡¡maldita zorra... maldita¡¡
Ésta se cubre con una sábana. Muy sofocada:
--¡¡vete... vete...¡
Cojeando y con las manos ahí, Ramiro le dice:
--¡¡estás loca... no eres más que una ramera...¡
Él está enloquecido, ella lo mira con miedo. Con vergüenza:
--te dije que no...
Él la mira con cara de depravado:
--¡¡pero mientras dejas que te tocara guarra...¡
Él le arranca la sábana, la tiene desnuda. Ella se tapa los senos. Él la magrea a gusto, ella no se le resiste. Él le da un empujón:
--¡¡eres una perdida... te haré mía cuando yo quiera...¡¡ ¡¡pero no ahora...¡
Él le habla con desprecio, con ironía. Ella cae al piso llorando por lo que ha estado apunto de hacer. Por ese sentimiento que la arrastra hacia Ramiro y que teme que algún día la haga cometer una locura. Se siente algo más tranquila cuando se queda sola. De pronto Ramiro entra de nuevo y le dice amenazante:
--un día de estos... cuando duermas te haré mía... Tú eres una ramera y te haré mía siempre que yo quiera... Serás mi amante, sólo servirás para calentar mi cama...
--dejeme en paz --llora ella.
Él la mira con burla y le dice:
--te dejaré en paz cuando haya obtenido lo único que me interesa, tu virginidad, luego jamás te volveré a mirar... Me casaré... y tú no serás más que una cualquiera, pero eres ya mi amante oficial así que seré yo el único que se acueste contigo y luego cuando no me interese te tiraré...
La mira de pervertido de él la molesta, lo que más le duele a ella es que sabe que no puede fiarse ni de ella misma porque le gusta ese hombre tan guapo que disfruta humillándola. Ramiro se va divertido. Le encanta hacer enojar a la mucama. Le excita pensar que siendo virgen ella se dejará convertir en su amante, que podrá usarla y tirarla según le parezca.

Eugenia se viste. Mira con desprecio a su esposo que duerme después de la fornicación.
--¡¡cerdo¡ ¡¡menos mal que acaba rápido y después se queda dormido¡
Lo mira con asco. Al salir del cuarto ve aparecer a Ramiro. Sin camisa, con los pantalones desbrochados.
--¡ya era, hora..¡¡ ¡¡¿dónde estabas?
Él la mira seductor. Le agarra el trasero. Axel, que salía de su habitación, los observa con rabia. Ramiro la besa en el cuello:
--ven, vamos al cuarto... te daré lo que te gusta...
Él es muy coqueto. A ella le molesta que él no estuviera cuando más lo necesita.
--¡¡ahora no...¡¡¡ya es tarde...¡
Él no entiende el enojo de ella.
--¿tarde para qué? --dice seductor.
Ella se deja llevar por la lujuria. Le apetece borrar el mal rato que ha pasado con su esposo fornicando con alguien que le gusta como el mayor de sus hijastros. Incrédulo, Axel no tarda en escuchar los gemidos de la pareja. Se da golpes con la cabeza llorando.
--¡¡es una cualquiera... es una cualquiera...¡¡
A él le duele ver a la mujer que le guste se acuesta con su hermano inmediatamente que con su padre.
--seguro que si yo quisiera también se acostaría conmigo... ¡¡pero yo tengo dignidad...¡
Axel habla desde los celos, porque en realidad lo que más le duele es que su guapa madrastra nunca haya mostrado interés en acostarse con él. En el fondo siente rabia de que haya preferido a su hermano como amante. Entra en el auto. Da un golpe en el volante. Se le escapa una lágrima.


Álex está nervioso en su puesto en el interior de la empresa de la familia de Marcos. Parece que ese día todos se han puesto de acuerdo pues ninguno aparece. Es algo que tranquiliza al guapísimo celador pero aumenta sus nervios. No sabe qué pasará cuando lleguen, qué le dirán, que le reprocharán. Y lo peor es que él no sabrá como defenderse. Reconoce uno de los autos de los Javiera. Es Axel el primero en llegar. Éste le sonríe aunque algo incomodo. Álex se queda tranquilo. Piensa que de todos los Javiera, Axel es el único que tiene buenos sentimientos. Axel se acerca a Álex. Lo saluda simpático:
--¿¿qué haces aquí? --le dice extendiendo su mano.
Los dos se miran con cierta timidez. Encajan sus manos.
--trabajo aquí...
--¿¿como celador?
--es lo que he hecho siempre...
--si pero ahora es todo distinto...
--No sé en qué...
--Eres la pareja del dueño... Tú sabes que en realidad todo esto es de Marcos...
--No creo que lo vuelva a ver... --dice Álex que es lo que desearía.
--¡¡NO es eso lo que piensa Marcos...¡
--Yo te juro que no le prometí nada...
Axel se muestra muy molesto. Marcos aturdido:
--¡¡¡desde que murió su madre y se quiso suicidar Marcos no ha valorado su vida... se la ha pasado encerrado, jamás lo vi tan feliz como ahora contigo...¡
Álex está muy impactado por lo que Axel le está diciendo:
--Marcos se quiso suicidar?
--sí y yo pensé que nunca volvería a vivir y lo está haciendo por ti... ¡¡no puedes meterte en su vida y después abandonarlo...¡¡ ¡¡no puedes...¡
La voz de Axel suena con rabia, con reproche. Álex se lleva las manos a la cabeza:
--¡¡yo no quería hacerle daño...¡ ¡¡yo...¡
Álex balbucea no sabe como justificarse por algo que él no ha hecho. Axel no lo quiere escuchar:
--¡¡eso debiste pensarlo antes de meterte en su cama...¡¡¡en su casa...¡
Axel entra dándole un empujón a Álex. El celador se queda abatido. Da una patada a la pared.
--¡¡maldito Octavio...¡¡ ¡¡maldito...¡
Siente pena por Marcos, le da miedo que Octavio cumpla con sus amenazas pero no le gusta sentirse un mantenido.
--¡¡no puede estar con este pobre chico... no puede...¡
Mientras Axel está llamando a su hermanastro. A Marcos le sorprende la llamada de Axel ya que nunca lo había llamado. Aunque Axel se siente incomodo metiéndose en los asuntos gays de Marcos, siente pena por él y no quiere que le hagan más daño.
--no quiero meterme en tu vida pero no creo que sea conveniente que Álex esté en la empresa...
El corazón de Marcos late con fuerza. Estaba deseando ir tras él pero no creía que su criatura del mar fuera en serio a trabajar. No lo quería molestar pero ésta es la excusa que necesitaba. Muy feliz, Marcos dice:
--¡¡ahora voy a buscarlo...¡
Antes de que cuelga, Axel le avisa:
--no creo que te hagas ilusiones en él... él no tiene interés en seguir contigo...
Marcos suspira enamorado:
--yo me encargo de todo...
Marcos cree ciegamente en su hechizo. Está seguro que Álex no sabe lo que hace y que él debe salvarlo. Marcos sale de su cuarto a toda prisa:
--te voy a amar tanto, mi amor. El mar no te va a separar de mi lado...

Ramiro llega a la empresa junto a Eugenia. A Álex le tiembla todo. Ese chico tan rubio, tan guapo. Le encanta pero le duele la mirada de él. Tanto Ramiro como Eugenia se acercan a él.
--¡¡¿¿qué hace esta basura aquí?¡ --pregunta Eugenia.
Álex la mira con mucho odio. No sabe de qué manera pero sabe que ella tiene algo que ver con la venganza de su abuelo. Ramiro se ríe de él:
--¿¿dónde están tus aires de grandeza?¡¡ ¡¡tú que creías que te ibas a hacer de oro, que ya te creías el dueño de todo...¡¡ ¡¡mira dónde estás...¡¡ ¡¡Marcos es un fracasado... yo te dije que no te iba a servir de nada echar un polvo con él...¡
Esta palabras de Ramiro lastiman mucho a Álex. Le hacen sentir. Lo que más le duele es que son dichas por un chico que le gusta. Ese desprecio que ve en los Javiera le hace reafirmarse en su intención de alejarse de Marcos. Eugenia también se le ríe:
--esta basura creía que le había tocado la lotería al acostarse con la otra basura... ¡¡y es que Dios los cría y ellos se juntan...¡
Ramiro y Eugenia lo mira lo insultan. Se ríen.
--¡¡no vales nada, basura...¡
Álex se golpea los puños para no golpear a Ramiro que disfruta provocándolo:
--venga ¡pégame¡¡ ¡¡así que te correré y lo habrás perdido todo...¡¡
Álex decide alejarse de ahí ante la mirada de triunfo de Eugenia y Ramiro. Mientras Marcos va llegando.



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