jueves, 1 de julio de 2010

capitulo 8




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Marcos no puede creer todo lo que está pasando. Es algo cómo mágico. Desde el fondo del mar emerge la criatura más bella que jamás había visto. Un hombre muy atractivo, de cuerpo perfecto. Totalmente desnudo. No en sus mejores sueños se había imaginado jamás un hombre tan guapo. Es como si una escultura hubiera cobrado vida. Si a Marcos lo pinchan no le sale sangre por lo impresionado que está. No le cabe duda que es el hombre que le da el mar por su hechizo. Jamás de otra forma tendría ante él a un hombre tan increíblemente guapo desnudo. Y es que es perfecto en el más mínimo detalle y eso que en unos segundos Marcos lo mira de arriba abajo sin dejar ni un centímetro sin recorrer y no le encuentra no un sólo perfecto. Tiene miedo que sea una alucinación, Octavio se le acerca coqueto. Está muy seguro del cuerpo que posee y sabe que Marcos no podrá resistirse a sus encantos. Octavio se le acerca. El calor, el aroma del atractivo hombre embriaga a Marcos. Tiembla al tenerlo tan cerca.
--¿¿quien eres tú?
La mirada de Octavio es dura pero (en realidad teniéndolo desnudo ¿¿quien se fija en su mirada?) Marcos está demasiado excitado como para darse cuenta. Tiembla. Octavio no tiene sentimientos pero sí un cuerpo que seduce sin hacer nada más, una sonrisa que derrite y un encanto que cautiva. Marcos está a sus pies.
--¿¿quien eres tú? ¿Eres real?
Octavio lo abraza. No le dice nada.
--¿¡eres un sueño?¡
Octavio sonríe. Es muy seductor. Lo acaricia. Marcos no hace nada. Nunca ha tocado a un hombre. Además no sabe si puede hacerlo. No sabe bien qué está pasando. Octavio no le habla. Le interesa crear misterio para tener al ansioso Marcos en su red, para crear esa atmósfera mágica que tanto le gusta a Marcos, que tanto lo enamora. Marcos se excita mucho con las caricias sensuales de ese hombre tan extremadamente guapo. Octavio le agarra la mano y hace que le toque el pecho.
--¡¡eres real¡ --jadea Marcos.
Octavio le sonríe. Le guiña el ojo. Marcos está a cien y no se da cuenta que ese hombre tan guapo es precisamente eso, sólo una simple fachada. Marcos tiembla al tocar ese cuerpo. Está viviendo un sueño... mejor que un sueño porque en sus sueños eróticos el protagonista nunca era tan atractivo. Marcos se deja llevar porque él está muy cachondo, nervioso y tiene miedo como para hacer algo. Octavio sonríe mientras se va acariciando con la mano de Marcos justo cuando le roza los genitales Marcos se aparta sofocado. El placer ha sido demasiado. Octavio lo abraza y lo estrecha entre sus brazos. Marcos tiembla, vibra. Y Octavio lo besa. Y Marcos tiene que hacer un gran esfuerzo por no desmayarse. Queda muy impactado.
--mi primer beso... ha sido mi primer beso...
Marcos lo mira jadeante. Octavio no dice nada. En realidad le da igual si es el primero o no. No le importa nada de él... bueno, en todo caso destruirlo. Marcos se queda quieto mientras que Octavio lo va desnudando, Marcos está derretido, se funde en brazos de ese, el hombre de sus sueños. Octavio lo tumba en la arena. Marcos debajo de él. Tiembla de placer pero también está asustado.
--tengo miedo... es mi primera vez...
Octavio sigue sin decirle caso. Marcos no piensa, es su sueño. Es ese hombre que tanto había deseado. Ha pasado demasiado tiempo sin amor, sin sexo como para ahora no dejarse llevar por la pasión de Octavio. Por sus caricias... Marcos vibra mientras es recorrido por ese atractivo hombre, mientras lo besa... Aunque los dos se están fundiendo en un solo cuerpo. Marcos grita, es un grito de dolor mientras siente como Octavio lo va taladrando lentamente para penetrarlo. Es un grito de dolor mientras siente como Octavio se abre paso dentro de él... Luego es un dolor que se convierte en placer... Octavio es toda una bestia... Marcos nunca pensó que viviría ese momento, que se podría sentir tanto placer. Octavio sólo es una máquina de sexo. No un gesto, ni un jadeo... En cambio los gritos de Marcos son estridentes. Marcos goza tanto que tiene miedo de morir de placer, de gusto. También por otro lado piensa que no se podía morir de mejor manera. Marcos se retuerce de placer después de haber vivido su primera vez con Octavio. Ëste sentado a su lado lo mira.
--¿¿quien eres tú?¿tienes nombre?¿de dónde has salido?









Octavio se levanta. Marcos le puede ver por primera vez el culo. Aunque se lo ha tocado un poco (no se ha atrevido a tocarlo mucho) no había llegado a verlo. Ahora ya conoce todo su cuerpo. Y le gusta. Tiene el culo más bonito que haya visto en su vida. En realidad el hombre es el más guapo que ha visto en toda su vida. Octavio corre hacia el agua. Marcos se levanta sofocado.
--¿¡donde vas?¿¿no te vayas??
Octavio se tira al agua, Marcos lo mira en medio de la confusión y el deseo.
--¿¿qué pasa?¿¿¿ya está??
Octavio desaparece entre las aguas. Marcos se acerca.
--¡¡Yo quiero más... no sólo quiero sexo...¡
Marcos se tira y trata de bucear pero Octavio es bueno. Es como si la mar se lo hubiera tragado. Marcos regresa confundido.
--Es el hombre que me trajo el mar... ¡¡mi hechizo se cumplió¡
Está muy excitado.
--¡¡mi primera vez... mi primera vez...¡
Es la primera vez que siente que forma parte de otra persona que no sea su madre y le gusta y le asusta:
--¿y ahora qué?
Se empieza a vestir abatido.
--en realidad el hechizo no decía que se fuera a quedar a mi lado...
Marcos se sienta en la orilla, mirando esas aguas que se han tragado al hombre de sus sueños. Después de haber vibrado en sus brazos no se imagina la vida sin él.
--¿¡es real?¿¿o es sólo una criatura del mar??
Ha sangrado un poco, esa es la prueba que todo lo que ha vivido ha sido real:
--pero ¿y él? ¿¿es real? ¿el hechizo sólo me traía un hombre que nacía del mar y al mar se volvía? A lo mejor no lo vuelvo a ver... No... ¡no puede ser...¡¡ ¡¡se suponía que el hechizo me daría un hombre a mi medida y yo no lo quería sólo guapo. Yo quería un hombre que se quedara a mi lado...¡¡
Está muy excitado por todo lo que ha ocurrido:
-- El hechizo funciona... he vivido un momento mágico... En realidad no me puedo quejar... de seguir sólo toda mi maldita vida a estar acompañado del maravilloso recuerdo de esta noche...
Aunque está feliz le duele porque lo quiere volver a ver. Mira el lugar:
--este es nuestro lugar... a que nace, a que hicimos el amor... quien quita si no nos volvemos a ver...
Marcos sonríe:
--Tal vez eres el mar que se hace hombre para mí... tal vez sólo te pueda tener aquí... en las noches...
Este sentimiento lo hace sentir bien... Lleno de esperanzas se va. Antes de marchar se da la vuelta. Sonríe, suspira. Jadea mirando ese lugar en el que ha vivido el momento más fantástico de su vida. Aunque está seguro que Octavio forma parte del mar, la verdad es que el guapo hombre ha buceado hasta una cala cercana. Lo separa unas rocas del lugar en el que ha poseído a Marcos. Ahí sale del agua. Agotado por el esfuerzo. Desnudo y con frío pero contento con una mirada llena de odio:
--¡¡ya cayó... ya cayó la maricona...¡¡ ¡¡no sabe lo caro que va a pagar su error... cómo va a llorar lágrimas de sangre por cada segundo de placer que ha vivido... Cómo le voy a cobrar una a una todas las que me hicieron... Pensar en la muerte va a ser un paraíso para él...
Octavio cae en la arena. Está muy agotado. Se queda dormido. Marcos llega a su casa. Se tumba en su cama con una sonrisa. Se acaricia los labios pensando en los besos de Octavio. Luego salta en la cama:
--¡¡hice el amor... hice el amor¡¡
Se mira al espejo para ver si ha experimentado algún cambio. Vuelve a la cama, sonríe pensando en ese hombre. Está feliz aunque le da pena que desapareciera, que ni hablara:
--¿será que es una criatura mágica y no sabe hablar? ¿sólo servirá para hacerme el amor?
En realidad eso no es lo único que quiere pero igual está feliz. Deseando que llegue la noche para volver a ese lugar y saber si su encuentro con el hombre del mar es algo que ya pasó o definitivo. No logra dormir en toda la noche.

Con los primeros rayos del sol, Álex se despierta desnudo y desorientado en la playa. Siente vergüenza y cubre su cuerpo. También siente horror al no saber lo que está haciendo. Pero mientras al otro lado de las rocas, Marcos no ha podido dormir y no se ha podido resistir a volver a ver a su hombre del mar.

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