Álex está sentado en una cama, es una habitación que le ha dejado Cayetano. Esté está en su despacho arreglando unos asuntos. Lo hace rápido para poder pasar el mayor rato posible al lado de Álex con el deseo e seducirlo y pasar un buen momento con él. Pero éste no está para la labor. Álex está muy atormentado. Se siente prisionero de sí mismo. Recuerda con pena a Marcos.
--va a sufrir mucho cuando esta noche no me vea para es lo mejor para él... lo mejor...
Siente pena por él y también ternura. Sonríe con dulzura pensando en las cosas que él le ha dicho, en su obsesión por ese hechizo.
--es una persona tan sola, tan necesitada de amor...
Álex siente que Marcos ha creído en el hechizo por su desesperación en encontrar el amor y le duele que Octavio se haya aprovechado de él.
--perdóname por no poder corresponderte...
Y es que aunque para él es muy importante encontrar el final a su situación tiene la esperanza que haya otro camina, que no tenga que implicar a Marcos. Cayetano se acerca a él. Lo mira con deseo. Le pone la mano en los hombros.
--¿¿como estás?
Sin mirarlo, Álex le dice:
--fatal... ¿¿como quieres que estés?
El doctor se sienta a su lado. Le mira el bulto de sus genitales. Le pone la mano en el muslo. El deseo lo devora:
--Yo creo que tú deberías tratar de distraerte un poco...
Álex se levanta. Le molesta el deseo del doctor. No se quiere comportar como una bestia. No le gusta pensar que su otro yo se comporta de una manera que él siempre rechazo. No le gusta los que solo busca el sexo. No le gusta la lujuria que ve en los ojos del doctor. Álex está demasiado angustiado en sus problemas, en sus culpas. Además está enamorado de Ramiro, un amor que lo tiene muy herido y no le apetece hacer el amor con nadie. A no ser que fuera Ramiro pero sabe que es un amor que jamás verá realizado.
--¡¡creo que ha sido una mala idea pedirte ayuda... veo que tú sólo quieres echar un polvo conmigo¡¡ --le reprocha Álex.
Éste se iba a ir pero el atractivo doctor le agarra de la mano:
--No te vayas... ¿¿porqué no puedes aceptar que me gustes??
Álex se gira, lo mira con angustia:
--porque necesito tu ayuda... no que me eches un polvo...
A Cayetano le emociona el dolor que ve en los ojos de él. Álex se da la vuelta. Su trasero enloquece a Cayetano. Trata de calmar su deseo para que él no se aleje de su vida.
--todo esto es una locura... pero tu madre y mi abuelo querían que yo te ayudara...
Álex lo mira lloroso:
--es que no sé cómo me vas a ayudar si sólo piensas en fornicar conmigo...
Cayetano no quiere perderlo y así que con desesperación trata de convencerlo que no lo aleje de su vida:
--yo te puedo ayudar... dame una oportunidad...
--¡¡te la estoy dando pero no me gusta lo que veo en tus ojos¡ --dice Álex desesperado.
--te juro que voy a ayudarte... luego me gustaría que hablásemos de amor... --le suplica Cayetano.
Álex acaricia al doctor con angustia:
--ayúdame y te juro que me quedará a tu lado para siempre...
Álex habla sin pensar, habla llevado por la desesperación. La propuesta es el mayor sueño para Cayetano. Es lo que siempre deseó. Entonces hace una cruz con sus dedos:
--te juro que yo te voy a ayudar... te lo juro...
El juramente de Cayetano lo hace sentirse más tranquilo. Se fija un poco en él. Es muy guapo y tiene muy buen cuerpo.
--tal vez él me pueda dar lo que necesito --piensa Álex.
No se dicen nada más, Álex piensa que una vez esté libre de toda esta locura Cayetano no es una mala opción para hacerle olvidar ese amor que siente hacia Ramiro y que no le va a llevar a ninguna parte. Es Cayetano el que rompe el silencio:
--me voy a ir mañana mismo a la casa de campo que te dije... espero encontrar la caja fuerte de mi abuelo... Si la puedo traer lo haré... si no tendrás que dejarme el anillo o viajar conmigo...
Cayetano tiene que hacer un gran esfuerzo para no mostrar su alegría ante la posibilidad de pasar unos días a solas en el campo con ese hombre que tanto le gusta. Álex no quiere pensar en el futuro.
--sabes, a veces pienso en cómo será mi vida cuando todo acabe pero luego pienso que no tengo derecho... No creo que esto tenga final... A veces creo que esto me va a vencer... que Álex dejará de existir...
Álex está muy triste. Cayetano lo toma de la mano. Con la que tiene libre lo acaricia:
--saldremos de esta... te lo aseguro... Juntos llegaremos al final de este problema...
Cayetano lo abraza en una mezcla de deseo y ternura. Goza en sus brazos. Tiene que hacer un gran esfuerzo para no magrear ese cuerpo que tanto le gusta. A medida que la tarde va transcurriendo Álex está asustado. Le aterra pensar que ocupan su cuerpo, su propio abuelo. Tiene miedo a no poder controlarlo.
Por otro lado, en su cuarto, Marcos quisiera que las horas fueran segundos. Está a 100 pensando en su criatura del mar, seguro que en pocas horas lo volverá a tener en sus brazos. Cayetano está vibrando en brazos de Álex. No quisiera separarse de él pero lo hace.
--te puedo pedir un favor? --Álex abatido.
--si claro...
--que te vayas ahora a la casa de tu abuelo...
--¿ahora?
--¿es que no puedes?
--es que no sé lo que me demore y tengo unos días complicados... Yo pensaba ir el fin de semana...
Álex se lleva las manos a la cabeza con desesperación.
--¡¡es que yo no puedo esperar...¡
Cayetano piensa por unos segundos en que le importa más: su trabajo y tener a Álex para él.
--por supuesto... lo haré... --dice el doctor con una sonrisa.
Álex le besa la mano:
--gracias, que no tendré como pagarte si me libras de esta tortura...
Cayetano lo mira con pasión, le da un beso en la mejilla:
--me bastará con que escuches mis sentimientos...
Los dos guapos se miran con intensidad. Cayetano se deja arrastrar por lo que siente, lo va a besar pero Álex se aparta de él:
--cuando esto acabe...
Cayetano hace una cruz con los dedos:
--te juro que tu tormento tiene los días contados...
A Álex también le interesa que Cayetano no esté con él cuando se convierta en Octavio por miedo a que éste lo convenza de soltarlo a cambio de sexo. Cayetano también sabe que si Octavio le ofrece sexo a cambio de su libertad no se podría rechazar así prefiere irse porque no quiere molestar a Álex. Tumbado en boxers, en esa pequeña cama, con las cadenas que ha traído, Cayetano lo ata a la cabecera de la cama. Podría poseerlo sin que él se defendiera... sería tan fácil.... El deseo es muy fuerte pero es más el que Álex se entregue a él voluntariamente... Álex se queda solo. Está nervioso pero tranquilo:
--te vencí Octavio... te vencí...
Álex está dispuesto a hacerse encadenar todas las noches con tal que Octavio no pueda hacer de las suyas. Está convencido que el espíritu se dará por vencido y lo dejará libre.
--va a sufrir mucho cuando esta noche no me vea para es lo mejor para él... lo mejor...
Siente pena por él y también ternura. Sonríe con dulzura pensando en las cosas que él le ha dicho, en su obsesión por ese hechizo.
--es una persona tan sola, tan necesitada de amor...
Álex siente que Marcos ha creído en el hechizo por su desesperación en encontrar el amor y le duele que Octavio se haya aprovechado de él.
--perdóname por no poder corresponderte...
Y es que aunque para él es muy importante encontrar el final a su situación tiene la esperanza que haya otro camina, que no tenga que implicar a Marcos. Cayetano se acerca a él. Lo mira con deseo. Le pone la mano en los hombros.
--¿¿como estás?
Sin mirarlo, Álex le dice:
--fatal... ¿¿como quieres que estés?
El doctor se sienta a su lado. Le mira el bulto de sus genitales. Le pone la mano en el muslo. El deseo lo devora:
--Yo creo que tú deberías tratar de distraerte un poco...
Álex se levanta. Le molesta el deseo del doctor. No se quiere comportar como una bestia. No le gusta pensar que su otro yo se comporta de una manera que él siempre rechazo. No le gusta los que solo busca el sexo. No le gusta la lujuria que ve en los ojos del doctor. Álex está demasiado angustiado en sus problemas, en sus culpas. Además está enamorado de Ramiro, un amor que lo tiene muy herido y no le apetece hacer el amor con nadie. A no ser que fuera Ramiro pero sabe que es un amor que jamás verá realizado.
--¡¡creo que ha sido una mala idea pedirte ayuda... veo que tú sólo quieres echar un polvo conmigo¡¡ --le reprocha Álex.
Éste se iba a ir pero el atractivo doctor le agarra de la mano:
--No te vayas... ¿¿porqué no puedes aceptar que me gustes??
Álex se gira, lo mira con angustia:
--porque necesito tu ayuda... no que me eches un polvo...
A Cayetano le emociona el dolor que ve en los ojos de él. Álex se da la vuelta. Su trasero enloquece a Cayetano. Trata de calmar su deseo para que él no se aleje de su vida.
--todo esto es una locura... pero tu madre y mi abuelo querían que yo te ayudara...
Álex lo mira lloroso:
--es que no sé cómo me vas a ayudar si sólo piensas en fornicar conmigo...
Cayetano no quiere perderlo y así que con desesperación trata de convencerlo que no lo aleje de su vida:
--yo te puedo ayudar... dame una oportunidad...
--¡¡te la estoy dando pero no me gusta lo que veo en tus ojos¡ --dice Álex desesperado.
--te juro que voy a ayudarte... luego me gustaría que hablásemos de amor... --le suplica Cayetano.
Álex acaricia al doctor con angustia:
--ayúdame y te juro que me quedará a tu lado para siempre...
Álex habla sin pensar, habla llevado por la desesperación. La propuesta es el mayor sueño para Cayetano. Es lo que siempre deseó. Entonces hace una cruz con sus dedos:
--te juro que yo te voy a ayudar... te lo juro...
El juramente de Cayetano lo hace sentirse más tranquilo. Se fija un poco en él. Es muy guapo y tiene muy buen cuerpo.
--tal vez él me pueda dar lo que necesito --piensa Álex.
No se dicen nada más, Álex piensa que una vez esté libre de toda esta locura Cayetano no es una mala opción para hacerle olvidar ese amor que siente hacia Ramiro y que no le va a llevar a ninguna parte. Es Cayetano el que rompe el silencio:
--me voy a ir mañana mismo a la casa de campo que te dije... espero encontrar la caja fuerte de mi abuelo... Si la puedo traer lo haré... si no tendrás que dejarme el anillo o viajar conmigo...
Cayetano tiene que hacer un gran esfuerzo para no mostrar su alegría ante la posibilidad de pasar unos días a solas en el campo con ese hombre que tanto le gusta. Álex no quiere pensar en el futuro.
--sabes, a veces pienso en cómo será mi vida cuando todo acabe pero luego pienso que no tengo derecho... No creo que esto tenga final... A veces creo que esto me va a vencer... que Álex dejará de existir...
Álex está muy triste. Cayetano lo toma de la mano. Con la que tiene libre lo acaricia:
--saldremos de esta... te lo aseguro... Juntos llegaremos al final de este problema...
Cayetano lo abraza en una mezcla de deseo y ternura. Goza en sus brazos. Tiene que hacer un gran esfuerzo para no magrear ese cuerpo que tanto le gusta. A medida que la tarde va transcurriendo Álex está asustado. Le aterra pensar que ocupan su cuerpo, su propio abuelo. Tiene miedo a no poder controlarlo.
Por otro lado, en su cuarto, Marcos quisiera que las horas fueran segundos. Está a 100 pensando en su criatura del mar, seguro que en pocas horas lo volverá a tener en sus brazos. Cayetano está vibrando en brazos de Álex. No quisiera separarse de él pero lo hace.
--te puedo pedir un favor? --Álex abatido.
--si claro...
--que te vayas ahora a la casa de tu abuelo...
--¿ahora?
--¿es que no puedes?
--es que no sé lo que me demore y tengo unos días complicados... Yo pensaba ir el fin de semana...
Álex se lleva las manos a la cabeza con desesperación.
--¡¡es que yo no puedo esperar...¡
Cayetano piensa por unos segundos en que le importa más: su trabajo y tener a Álex para él.
--por supuesto... lo haré... --dice el doctor con una sonrisa.
Álex le besa la mano:
--gracias, que no tendré como pagarte si me libras de esta tortura...
Cayetano lo mira con pasión, le da un beso en la mejilla:
--me bastará con que escuches mis sentimientos...
Los dos guapos se miran con intensidad. Cayetano se deja arrastrar por lo que siente, lo va a besar pero Álex se aparta de él:
--cuando esto acabe...
Cayetano hace una cruz con los dedos:
--te juro que tu tormento tiene los días contados...
A Álex también le interesa que Cayetano no esté con él cuando se convierta en Octavio por miedo a que éste lo convenza de soltarlo a cambio de sexo. Cayetano también sabe que si Octavio le ofrece sexo a cambio de su libertad no se podría rechazar así prefiere irse porque no quiere molestar a Álex. Tumbado en boxers, en esa pequeña cama, con las cadenas que ha traído, Cayetano lo ata a la cabecera de la cama. Podría poseerlo sin que él se defendiera... sería tan fácil.... El deseo es muy fuerte pero es más el que Álex se entregue a él voluntariamente... Álex se queda solo. Está nervioso pero tranquilo:
--te vencí Octavio... te vencí...
Álex está dispuesto a hacerse encadenar todas las noches con tal que Octavio no pueda hacer de las suyas. Está convencido que el espíritu se dará por vencido y lo dejará libre.
Axel está recogiendo sus cosas para dejar el despacho. Eugenia entra en el despacho sin llamar. Él la mira con deseo, con rabia.
--¿¿porqué entras sin llamar?¡ --dice él molesto.
Ella lo mira coqueta y con ironía dice:
--si fueras más vivo lo haría por miedo a encontrarte en pleno coito con tu secretaria pero con la cara de tonto que tienes sé que es imposible...
Él se acerca a ella molesto. Los dos se desean al sentirse tan cerca. Se gustan pero no pueden evitar agredirse.
--¡¡yo no soy como tú que te acuestas con cualquiera que entre en tu despacho¡
Él habla con sarcasmo pero ella no se deja herir. Se muestra seductora:
--tienes razón... Me encanta fornicar...
Ella habla con descaro para molestarlo a él.
--¡¡eres una perdida... espero que mi padre se dé cuenta que se casó con una puta...¡
--¡¡te juro que le molestará más tener un hijo gay...¡
--¡¡yo no soy gay¡ --dice él enfurecido.
Ella se ríe:
--si te diste por aludido... es por algo --dice con ironía.
Axel se lleva las manos a la cabeza:
--¡me vas a volver loco...¡
Ella lo acaricia y él se estremece:
--¿qué te moleste tanto?¿qué me acueste con todos menos contigo o que todos se acuesten conmigo o no contigo?
Ella habla muy divertida:
--¿es eso?¿te gustaría tener en tu cama todos los hombres que han pasado por la mía??
Ofendido y herido en su orgullo de macho, Axel la agarra por la cintura. Ella se estremece. Él la estrecha contra su pecho. Ambos vibran y la besa. Es una fusión perfecta entre ambos. Ambos gozan de ese beso. Cuando se separan él está extasiado. Ha sido el beso de su vida. Su corazón late con fuerzas y a ella también le ha gustado pero le gusta demasiado ese joven y tiene miedo de ser rechazada por él. Él la mira desafiante:
--¿y ahora qué? --dice con orgullo.
Él sintió que le gustaba y ella tiene miedo que él lo haya hecho sólo por eso. No quiere que Axel sepa de sus sentimientos hacia él.
--más que nunca me convenzo que eres gay...
Axel que ha disfrutado de ese beso jamás pensó que ella le diría eso. La mira con el rostro desencajado por el dolor.
--¿¿¿¡como??¡
A ella le emociona el dolor de él, está decidida a decirle que no, que fue el mejor beso que le han dado pero él para devolverle lo que le ha hecho sentir le dice con toda su rabia:
--¿¿qué esperabas siendo gofa? ¡¡a mi me gustan las mujeres menos usadas¡ ¡¡por mujeres como tú pago¡
A Axel le duele tanto ese comentario como a Eugenia, ella lo bofetea.
--¡¡te odio¡
Él siente su odio y lo lastima. Ella se va. A solas en su despacho llora. Axel también llora. Le duele haberla lastimado pero también le lastima el saber que su amor por ella es imposible.
Cae la noche, Octavio aparece en el cuerpo de Álex con una fuerza descomunal que rompe las cadenas quedando libre. Ríe como un loco...
--¿¿porqué entras sin llamar?¡ --dice él molesto.
Ella lo mira coqueta y con ironía dice:
--si fueras más vivo lo haría por miedo a encontrarte en pleno coito con tu secretaria pero con la cara de tonto que tienes sé que es imposible...
Él se acerca a ella molesto. Los dos se desean al sentirse tan cerca. Se gustan pero no pueden evitar agredirse.
--¡¡yo no soy como tú que te acuestas con cualquiera que entre en tu despacho¡
Él habla con sarcasmo pero ella no se deja herir. Se muestra seductora:
--tienes razón... Me encanta fornicar...
Ella habla con descaro para molestarlo a él.
--¡¡eres una perdida... espero que mi padre se dé cuenta que se casó con una puta...¡
--¡¡te juro que le molestará más tener un hijo gay...¡
--¡¡yo no soy gay¡ --dice él enfurecido.
Ella se ríe:
--si te diste por aludido... es por algo --dice con ironía.
Axel se lleva las manos a la cabeza:
--¡me vas a volver loco...¡
Ella lo acaricia y él se estremece:
--¿qué te moleste tanto?¿qué me acueste con todos menos contigo o que todos se acuesten conmigo o no contigo?
Ella habla muy divertida:
--¿es eso?¿te gustaría tener en tu cama todos los hombres que han pasado por la mía??
Ofendido y herido en su orgullo de macho, Axel la agarra por la cintura. Ella se estremece. Él la estrecha contra su pecho. Ambos vibran y la besa. Es una fusión perfecta entre ambos. Ambos gozan de ese beso. Cuando se separan él está extasiado. Ha sido el beso de su vida. Su corazón late con fuerzas y a ella también le ha gustado pero le gusta demasiado ese joven y tiene miedo de ser rechazada por él. Él la mira desafiante:
--¿y ahora qué? --dice con orgullo.
Él sintió que le gustaba y ella tiene miedo que él lo haya hecho sólo por eso. No quiere que Axel sepa de sus sentimientos hacia él.
--más que nunca me convenzo que eres gay...
Axel que ha disfrutado de ese beso jamás pensó que ella le diría eso. La mira con el rostro desencajado por el dolor.
--¿¿¿¡como??¡
A ella le emociona el dolor de él, está decidida a decirle que no, que fue el mejor beso que le han dado pero él para devolverle lo que le ha hecho sentir le dice con toda su rabia:
--¿¿qué esperabas siendo gofa? ¡¡a mi me gustan las mujeres menos usadas¡ ¡¡por mujeres como tú pago¡
A Axel le duele tanto ese comentario como a Eugenia, ella lo bofetea.
--¡¡te odio¡
Él siente su odio y lo lastima. Ella se va. A solas en su despacho llora. Axel también llora. Le duele haberla lastimado pero también le lastima el saber que su amor por ella es imposible.
Cae la noche, Octavio aparece en el cuerpo de Álex con una fuerza descomunal que rompe las cadenas quedando libre. Ríe como un loco...
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